De chica quería ser odontóloga. De adolescente, publicista.
Algunos le decían que sería una buena psicóloga.
Cuando llegó el momento de tomar la decisión, pensó en ser ingeniera química… La manera en que cada molécula encaja con otra le resultaba -y sigue resultando- fascinante.
Hoy, es diseñadora gráfica.
Esta profesión le abrió las puertas al universo creativo, con sus infinitas posibilidades, que van más allá del Adobe Creative Suite.
De chica “hacía dibujitos”…
Hoy también, aunque entiende el arte como una creación colectiva, en la que el talento, las buenas ideas y el trabajo interdisciplinario hacen la diferencia.
De chica era muy observadora.
Hoy es muy detallista.
De chica se juró a ella misma nunca perder la capacidad de asombro.
Hoy considera que cada insecto, cada persona, cada montaña, cada forma de vida, es una manifestación artística... Viajar con ella puede resultar insoportable.
De chica siempre supo que era parte de algo más grande que su pequeña burbuja.
Hoy es parte de TEDx, lugar en el que, como en su profesión, todo lo que le interesa y le asombra, converge.
