A veces es médico, otras veces psiquiatra. Muchas veces es psicoterapeuta o acupuntor. Con mucho descaro es músico, pintor y, por qué no, escritor.
Es estudiante, profesor universitario y de posgrados, conferencista y divulgador. Es un espectador privilegiado de su propia mente e investigador incansable de sus laberintos.
Es experto en nada y confeso principiante en todo.
Es hijo, hermano y padre, por esto, es niño y adulto. Es marido de la mujer que ama y novio eterno de la vida.
En definitiva, es una persona: nada más.